Perseidas: noche de lluvia de estrellas

Perseidas

Como probablemente habrán escuchado en varios medios, desde este fin de semana se puede observar la lluvia de estrellas más esperada del verano, las Perseidas, sin embargo el mejor momento para observarlas será la noche del lunes 12 a las 22.45 y hasta las 4 am del martes 13 de agosto, hora de España, cuando se podrían ver hasta un máximo de 100 meteoros por hora.

Con motivo de esto, quiero contarles seis datos curiosos sobre este deslumbrante fenómeno de la naturaleza, para que así no sean las perseidas las únicas que asombren a sus  familiares o amigos esa noche:

  1. Su origen: esta lluvia de estrellas se forma cada año cuando la Tierra atraviesa la corriente de escombros que deja el Cometa Swift Tuttle al orbitar el Sol, si bien estos escombros no superan el tamaño de una canica o guisante, la mayoría son del tamaño de un grano de arena y casi ninguno alcanza a llegar al suelo.  Pero para los que se preguntan que si son tan pequeños ¿cómo es  que los podemos ver mientras atraviesan el cielo en forma de estelas de luz? Eso se debe a que al ingresar a la atmósfera terrestre a velocidades de 60 kilómetros por segundo, comprimen el aire delante de ellos, calentándolo hasta alcanzar  1 650 grados Celsius, vaporizándolos y convirtiéndolos en lo que conocemos popularmente como “estrellas fugaces”, que resultan visibles mientras recorren distancias de hasta 97 kilómetros,  incluso algunas de ellas pueden producir explosiones que resultan audibles. 03agosto2006perseidas
  2. Perseidas o Lágrimas de San Lorenzo:  se les conoce como Perseidas porque son observables en la región del cielo donde se encuentra la constelación de Perseo (semi-dios griego, que mató a Medusa, una de las 3 Gorgonas y al que también se le atribuye la fundación de Micenas).  Pero también son conocidas como “Lágrimas de San Lorenzo”, porque normalmente son visibles el 10 de agosto día de San Lorenzo,  y  se dice que representan las lágrimas que derramó ese santo al ser quemado  en la hoguera.
  3. Un visitante del espacio exterior: como les decía, esta lluvia de estrellas es provocada por los restos dejados por el Cometa Swift Tuttle originario de la nube de Oort, una especie de nube esférica de objetos transneptunianos (más allá de la orbita de Neptuno) y que se extiende hasta más allá de nuestro Sistema Solar. Se estima que esta “nube” alberga entre uno y cien billones de objetos, que en su gran mayoría nunca ingresan al sistema solar, pero que algunos como el Swift Tuttle sí lo hicieron al cambiar su trayectoria, probablemente debido al paso de alguna estrella errante millones de  años atrás.
  4. Un viejo compañero: la corriente de escombros dejada por el Swift Tuttle,  se ha formado consecuencia de las 130 vueltas que se calcula que este cometa a dado alrededor del Sol. La última vez que fue visto desde la Tierra fue en 1992, y sólo a través de binoculares o telescopios, y antes de esa fecha,  fue observado en 1862, año de su descubrimiento por los astrónomos Lewis Swift y Horace Tuttle (de ahí su nombre).  Sin embargo se cree que este cometa pudo haber sido visto también en el año 188 DC e incluso en el 69 AC.  Su próximo avistamiento será en 2126, y para entonces pasará lo suficientemente cerca como para ser observado a simple vista.
  5. El mayor objeto conocido que pasa periódicamente “cerca” de la Tierra: su núcleo posee un diámetro de 9.7 kilómetros, casi tan grande como el meteorito que aniquiló a los dinosaurios, sin embargo, no hay nada que temer,  ya que se calcula que de continuar con su actual trayectoria nunca llegará a impactar contra la Tierra, siendo su máximo acercamiento de unos varios millones de millas en el año 3044.
  6. Nos ha permitido  descubrir agujeros negros: como nos cuenta el astrónomo Christopher Crockett, colaborador de la revista Scientific American, nuestra atmósfera es turbulenta, lo que hace que parezca que las estrellas titilan, y aunque es bonito observar el centelleo de las estrellas, para los astrónomos resulta molesto porque dificulta la observación telescópica al impedir ver con nitidez los detalles de los planetas, las nebulosas y las galaxias.  Para solucionar esto, las Perseidas, resultan de gran ayuda.

Durante esta lluvia de estrellas,  cada impacto de los meteoros contra la atmósfera hace que estos liberen partículas de sodio, que se desplazan en los cielos por casi 90 kilómetros.  Al disparar un rayo láser hacia el cielo, los astrónomos pueden hacer que estas partículas de sodio brillen como si de una estrella artificial se tratara, pero como saben distinguir el brillo particular que producen, pueden usarlo para realizar una técnica que se conoce como óptica adaptativa, que consiste en deformar con ayuda de una maquinaria especial los pequeños espejos de los telescopios, esta deformación debe hacerse lo más rápido posible, a veces a más de 1000 veces por segundo, antes de que el pequeño destello de sodio desaparezca, y conseguir verlo a través del telescopio como un puntito nítido y redondo.

Laser telescopioCalibrando los telescopios con esta técnica, se consiguen imágenes más claras, al contrarrestar las molestas turbulencias atmosféricas, lo que ha permitido observar desde lunas de planetas cercanos, hasta cúmulos de galaxias lejanas, realizando interesantes descubrimientos, como el gran agujero supermasivo que se encuentra en el centro de nuestra galaxia, a  una distancia de 28 000 años luz, y que observando las estrellas que orbitan a su alrededor, se ha podido calcular que su peso equivale a 4 millones de soles.

¡Y todo esto gracias a las pequeñas partículas de  sodio que desprenden los meteoros  de las Perseidas!

Interesante ¿verdad?.

Fuente: Scientific American Magazine, Somyce, Wikipedia.

Deja un comentario