10 luces extrañas que aparecen en los cielos

luces cielo

La gran bóveda celeste es uno de los lugares donde más fenómenos extraños podemos observar, luces, fuegos y destellos que desde la más remota antigüedad han dado origen a miles de leyendas en todo el mundo; además pocas cosas nos producen tanta sensación de asombro como la contemplación del cielo estrellado.

Aquí les dejo un repaso de las 10 luces más extrañas que podemos ver en los cielos.

1.Destellos verdes en el Sol

Sol verdedestello verde

Justo en los últimos segundos del atardecer puede suceder que veamos al Sol volverse verde y aunque nos parezca insólito, es algo natural.

La atmósfera divide la luz solar, que es de color blanco, como si de un prisma se tratara, curvando más el color rojo que el naranja, el naranja más que el amarillo y este más que el verde, es por ello que el último de los colores de la luz que puede verse en el horizonte al atardecer, es el verde; ya que los colores más allá del verde como el índigo y el violeta, son más esparcidos por el gases atmosféricos escapando de nuestra visión.

Pero eso sí, hay que estar muy atentos, ya que normalmente este efecto es de muy corta duración, además cuando se produce, es usual que también el Sol nos parezca más grande de lo normal, o incluso que parezca casi líquido moviéndose en ondas relucientes mientras se vierte dentro del horizonte.

Observar un atardecer sobre el mar, es el mejor lugar para percibir estos curiosos espejismos.

2.  Luces de terremotos

Luces de terremoto

Según Friedemann Freund del Instituto SETI de Mountain View, California, estas luces son producto de una descarga de plasma que se produce cuando un tipo particular de roca está bajo mucha presión, así cuando las rocas son empujadas rápidamente, producen una carga eléctrica que es liberada a través de una descarga de plasma procedente de la roca misma.   En este proceso, átomos de oxígeno imperfectamente ionizados forman lo que se conoce como hoyos p, con carga similar a la de un electrón pero positiva, que al liberarse por la fricción surgen a la superficie como plasma sólido que se eleva entre 200 a 300 metros en un área de varios kilómetros, adquiriendo diversas formas y colores.

3.  El fuego de San Telmo

San Elmo

No son pocos los marineros que han asegurado observar durante alguna tormenta eléctrica, una especie de fuego o resplandor blanco-azulado, que aparece justo sobre la punta de los mástiles de sus embarcaciones, pero como dicho fuego no suele causar ningún tipo de daño, es considerado como símbolo de buen presagio.

En la antigua Grecia se le relacionaba con los Dioscuros, los gemelos Cástor y Pólux hijos de Zeus, patronos de los marineros que calmaban las tormentas a petición de estos; pero a partir de la edad media se comienza a relacionar este fenómeno con San Telmo, patrón de los marineros.

Se ha encontrado referencia de este fenómeno, en las obras de diversos personajes famosos como Julio César, Plinio el Viejo, Cristóbal Colón o Charles Darwin.

Aunque se le llama fuego, en realidad se trata de un plasma de baja densidad y relativamente baja temperatura, formado por la ionización del aire dentro del intenso campo eléctrico que se forma durante las tormentas eléctricas. Y por tanto no es exclusivo del entorno marino, ya que si condiciones son propicias, puede aparecer en presencia de objetos metálicos o afilados, como chimeneas o antenas y hasta en la punta de los cuernos del ganado.

4.  Fuegos Fatuos

Fuego Fatuo

Así es como se les conoce a las tenues luces a veces titilantes, otras veces constantes que aparecen casi siempre a ras de suelo, generalmente en zonas pantanosas de la campiña y que suelen desaparecer al acabo de unos minutos.

Como sucede con las luces de San Telmo, los fuegos fatuos han sido descritos desde hace siglos, aunque cada vez con menor frecuencia, pero a diferencia del fuego de San Telmo, el fuego fatuo no ha podido ser recreado en un laboratorio, lo que hace dudar a algunos científicos de su existencia.

De tratarse de un fenómeno natural, algunos científicos creen que al estar asociados a lugres pantanosos y cementerios, es posible que la luz producida sea consecuencia de la combustión de ciertos gases como el metano, aunque no se tiene claro qué es lo que produce la ignición de este gas.

5.  Rayos en bola o rayos globulares

También llamados centellas o esferas luminosas, fueron considerados como producto de la imaginación de algunas personas, hasta que en 2012, un grupo de investigadores que se dedicaban a medir los rayos de una zona en Qinghai Plateau en China, vieron como se formaba ante ellos una bola de luz de aproximadamente 5 metros, que ardió con una tonalidad blanca y luego roja durante unos segundos antes de desaparecer por completo.

Al analizar el espectro de luz que produjo este rayo, los científicos pudieron entender su origen.

Cuando un rayo ordinario golpea el suelo puede vaporizar ciertos minerales, como el silicio, que bajo las condiciones extremas que se producen, forman filamentos altamente reactivos capaces de arder al entrar en contacto con el oxígeno del aire.

6.  Las Auroras

Auroras

Las sinuosas figuras verdes, azules y rojas de las auroras , son el mapa visible de lo que sucedió a miles de kilómetros de distancia. Cuando el viento solar (partículas cargadas eléctricamente procedentes del Sol) rozan nuestro planeta, se deslizan por el campo magnético terrestre hacia los polos y cuando alcanzan las capas más externas de la atmósfera, interactúan con los gases dándoles suficiente energía para liberar electrones y haciéndolos brillar en una gama de colores y formas.

Pero las auroras no son un fenómeno exclusivo de la atmósfera terrestre, ocurren en otros planetas con gases y campos magnéticos como Júpiter y Saturno, en donde sus auroras son únicas, debido a que los gases de sus atmósferas son diferentes a los nuestros.

7.   Rayos que salen del suelo

En 1935 Karl McEachron, ingeniero eléctrico, detectó con ayuda de unas cámaras colocadas sobre el edificio Empire State, que algunos rayos no seguían la trayectoria usual nube-suelo, sino que parecían surgir desde lo edificios hasta las nubes.

Ahora los meteorólogos de todo el mundo estiman que uno de cada mil rayos que se producen surgen de abajo hacia arriba, pero a pesar de décadas de estudio de este fenómeno, todavía se desconoce el mecanismo que lo produce.

Aunque si han podido determinar que existen dos tipos de estos rayos, uno que requiere que previamente se produzca un rayo ordinario nube-suelo para que la repentina perturbación del campo electrónico ocasione un canal de carga positiva o negativa que viaja hacia un área con nubes de tormenta con carga opuesta. Y un segundo tipo, que no necesita que se produzca un rayo en la cercanía y puede viajar haca arriba espontáneamente.

8.  Espíritus de la tormenta

espíritus de la tormenta

Por encima de las nubes de tormentosas y sus ráfagas de rayos, se pueden observar como surgen repentinamente unos destellos rojizos que se extienden desde una decena a centenares de kilómetros, con una apariencia semejante a los tentáculos de las medusas.

Para que se originen, es necesario una tormenta muy fuerte y que además se produzca un destello muy particular, sólo 1 de cada 1000 destellos es del tipo necesario para que surjan estos espíritus.

El relámpago tiene que ser lo suficientemente fuerte para que logre dispersar suficientes electrones de la nube de tormenta, además se necesita una corriente lo suficientemente larga y lenta que sólo se forma en grandes sistemas tormentosos que llegan a alcanzar los 100 kilómetros.

Debido a lo elusivos que resultaban estos destellos rojizos, los bautizaron con este etéreo nombre sacado de la obra de Shakespeare Sueño de una noche de verano. Pero ahora que se dispone de cámaras de excelente resolución a un módico precio, son más la capturas que se obtienen de aquellos otrora elusivos espíritus.

9.  Elfos o Rayos duende

Elfos

Su curioso nombre viene del acrónimo ELVES por sus siglas en inglés para (Emissions of Light and Very low frequency perturbations due to Electromagnetic pulse Sources) o emisiones de luz y perturbaciones de muy baja frecuencia debido a fuentes del pulso electromagnético.

Son muy diferentes a los espíritus de la tormenta, parecen a una altura de entre 80 a 100 km, tienen forma de anillo de luz con un agujero oscuro en el centro y se extienden por 1000 km aproximadamente.

Este tipo de rayos son muy breves, su duración es de menos de un milisegundo. Las condiciones necesarias que debe poseer una tormenta para generar este tipo de rayos incluye un tipo particular de relámpago con una subida repentina de corriente, a diferencia de los espíritus de la tormenta , para obtener un elfo, la descarga debe ser muy intensa, por lo que rara vez ocurren ambos fenómenos al mismo tiempo.

Sin embargo, los elfo ocurren con más frecuencia que los espíritus, ya que uno de cada 100 relámpagos produce uno. Las pequeñas tormentas también pueden producirlos puesto que las descargas con corrientes intensas pueden ocurrir en cualquier tipo de tormenta.

Los elfos en su mayoría son de color blanco debido a su intensidad, y como son muy rápidos, es muy difícil verlos a simple vista.

10.  Chorros Azules o Blue Jets

Chorros azules

Los blue jets siguen siendo un misterio por varios razones, entre ellas está que debido a su color azul es muy difícil de estudiarlos desde tierra porque la atmósfera es muy buena dispersando el color azul.

Aún se desconocen las condiciones necesarias para su formación. Se cree que cuando una tormenta se forma muy arriba en la atmósfera, perfora las capaz más delgadas de la atmósfera superior. Las tormentas producen fuertes corrientes de aire ascendente que en ocasiones, puede llevarlas hasta alcanzar altitudes por encima de lo normal. Y se sospecha que cuando esto sucede generan un estrecho chorro azul.

Los investigadores conocen otro fenómeno llamado chorro azul gigante, que parece ser un híbrido entre un chorro azul y un espíritu de las tormentas. Son más anchos y con forma de cuña, suelen durar entre 10 a 100 milisegundos, algo más lentos comparados con otros eventos, por lo que resultan más fáciles de avistar

Aunque también son más escazos, quizá sólo 1 de cada 10 ó 1 entre 100 espíritus se combinarán con un blue jet para hacer un chorro azul gigante.

Para saber más: http://www.bbc.com/earth/story/20150928-ten-strange-lights-that-appear-in-the-sky

En noches de Luna Azul…

Luna azul

El 31 de julio, seremos testigos de un curioso evento astronómico, una luna azul.   Aunque a decir verdad, no les puedo pronosticar que realmente llegue a adquirir esa tonalidad.

Si bien algunas veces podemos ver que la luna se presenta con diferentes colores, especialmente amarillo o rojo durante los eclipses lunares, lo que hoy día se conoce como luna azul, no tiene nada que ver con la tonalidad de nuestro hermoso satélite natural.

El término “luna azul”, según Philip Hiscock, folklorista de la Memorial University of Newfoundland, Canadá, se remonta al año 1824, y desde entonces ha sido usado como sinónimo de algo excepcional o extremadamente raro.

Como evento astronómico, era definido durante los años de 1932 a 1957 por el Maine Farmer´s Almanac (Calendario de Agricultores de Maine), como “la tercera luna llena de una estación que tenía cuatro lunas llenas”, sugiriendo que si una de las cuatro estaciones (invierno, primavera, verano y otoño) presentaba cuatro lunas llenas en lugar de las tres (una por cada mes, como es normal), la tercera de esas cuatro lunas debería ser llamada Luna Azul.

Puesto que el año se divide en cuatro estaciones de 91-92 días, como existen aproximadamente 29,5 días entre cada luna llena, puede ocurrir que ocasionalmente se presenten cuatro lunas llenas en una misma estación.

Esta definición bastante compleja, hizo que en 1946, el astrónomo aficionado James Hugh Pruett, al escribir un artículo en la revista Sky & Telescope, mal interpretara la definición original y la pasara a definir como “la segunda luna llena en un mismo mes”, este error fue cometido nuevamente en 1980 durante la transmisión de una programa llamado “Stardate” perteneciente a una famosa agrupación radiofónica, y luego en 1981, cuando los creadores del juego de mesa Trivial Pursuit, basándose en el citado artículo de 1946, decidieron incluir este término en el juego y así fue como al igual que ha sucedido en muchas otras ocasiones a lo largo de la historia y en otros ámbitos, un error pasa a ser aceptado como definición oficialmente aceptada, pese a los esfuerzos de Hiscock y el astrónomo Donal W. Olson que ayudaron a que en 1999 la revista aclarara el error cometido en 1946.

Aunque se trata de un fenómeno curioso no es tan infrecuente como podríamos creer, se estima que ocurre cada 2,66 años; e incluso puede suceder en más de una ocasión en un mismo año, como ocurrirá en 2018, cuando lo veremos en dos ocasiones, primero en Enero y después en Marzo, tal como ocurrió en 1999 cuando tuvimos otro año de dos lunas azules. La explicación a este fenómeno la descubrió un astrónomo griego, Metón de Atenas, que en el año 440 a.C, observó que 235 meses lunares equivalían casi exactamente a 19 años solares.

Ahora que sabemos cómo surgió tan curioso nombre nos preguntamos ¿es posible ver a la luna de color azul?. La respuesta es sí. Cuando ha habido un incendio forestal o una erupción volcánica que halla arrojado suficiente cantidad de humo o cenizas en la alta atmósfera, estas partículas pueden hacer que la luna adquiera una tonalidad azulada; tal y como ocurrió en 1950 cuando debido a un incendio forestal en Canadá la luna se vio azul en el este de Norteamérica; o cuando en 1991 la erupción del Monte Pinatubo hizo que desde varios puntos del planeta pudiera verse la luna e incluso el Sol de un enigmático color azul.

Así que ya lo saben, las lunas azules existen y son más frecuentes de lo que suponíamos.

Que disfruten de una exquisita luna, pero esta vez de queso azul.[1] ; )

[1] Que la Luna es de queso, se remonta a una fábula del siglo XVI, en donde una persona de mente sencilla al ver la Luna reflejada en un estanque cree que se trata de una ruedo de queso recién hecha.

La Teoría de Cuerdas, una posibilidad para la unificación de la física.

Ilustración por John Hersey.

Ilustración por John Hersey.

En lo personal creo que una de las más nobles y gratificantes características de la naturaleza humana es la curiosidad, esa imperiosa necesidad de comprender los fenómenos que se suceden a nuestro alrededor, lo que podemos percibir con nuestros sentidos y lo que sólo somos capaces de intuir, tiene el potencial de engrandecer el espíritu que la contiene. De ahí mi pasión por la ciencia, ya que su razón de ser, es la comprensión de todo aquello que nos rodea, y en este sentido la humanidad ha avanzado lenta pero firmemente.

Actualmente a través de dos juegos de fórmulas matemáticas, es posible explicar buena parte de lo que sucede en el universo. Por un lado tenemos la Teoría General de la Relatividad que explica con gran detalle la gravedad, esa fuerza que gobierna el cosmos; y por otra parte tenemos a la Mecánica Cuántica, que revela los extraños fenómenos del mundo de las partículas subatómicas; pero con el inconveniente de que dichas teorías son incompatibles entre sí, algo que ha desconcertado a los científicos desde hace tiempo, y los ha llevado a la incesante búsqueda de una Teoría Unificada, capaz de unir de forma coherente las leyes que gobiernan ambos aspectos de una misma realidad.

Podríamos decir que el primer intento en la búsqueda de una teoría unificada lo dio Isaac Newton al conseguir unir el cielo y la tierra bajo unas mismas leyes. Él comprendió que las mismas leyes que rigen el movimiento de los planetas y la Luna, son las mismas que las que describían la trayectoria del giro de una rueda o la caída de una roca. 200 años después, James Clerk Maxwell llevó la unificación a otro nivel al descubrir que la electricidad y el magnetismo, son dos aspectos de una misma fuerza descrita por un único formalismo matemático. Los últimos dos grandes pasos los dio Einstein, cuando en 1905 unió el espacio y el tiempo al demostrar que al movernos a través del espacio podemos afectar el paso del tiempo y viceversa. 10 años después con su Teoría general de la relatividad, nos ofreció la visión en donde es posible llegar a una gran síntesis de todas las fuerzas de la naturaleza.

En 1930 el mundo de la física cambió cuando Niels Bohr y una generación de intrépidos exploradores se adentraron en un micro reino donde encontraron la Mecánica Cuántica, una enigmática teoría formulada por nuevos y radicales conceptos y reglas matemáticas que resultó bastante espectacular a la hora de predecir el comportamiento de los átomos y las partículas subatómicas, pero que sin embargo resultaba adversa a la formulación de la gravedad de Einstein. Algo contra lo que los científicos han estado luchando infructuosamente desde hace más de medio siglo, en la búsqueda de una única fórmula que sea capaz de describir las leyes que rigen los fenómenos del mundo de lo grande y lo pequeño.

¿Y si unimos ambas teorías con cuerdas?

En diciembre de 1984, John Schwarz del Instituto Tecnológico de California y Michael Green de la Universidad de Queen Mary de Londres, hicieron pública una espectacular teoría en la que planteaban que la Teoría de Cuerdas era capaz de superar el antagonismo matemático entre la relatividad general y la Mecánica Cuántica, despejando así el camino que parecía destinado a alcanzar la tan anhelada Teoría Unificada.

La teoría que subyace en la unificación de cuerdas es tan simple como seductora.

Desde principios del siglo XX se consideraba que los componentes fundamentales de la naturaleza estaban hechos de partículas indivisibles, siendo los principales: los electrones, quarks y neutrinos. Que eran descritos como puntos infinitesimales desprovistos de otros componentes o maquinaria interna.

La teoría de cuerdas desafía esta visión, al postular que en el corazón de cada partícula fundamental se encuentra una diminuta cuerda vibratoria con forma de filamento. Según esta teoría, las diferencias entre una partícula y otra, por ejemplo su masa, carga eléctrica y otras propiedades nucleares, surgen como consecuencia de las diferencias en cómo esas cuerdas internas vibran.

Así como diferentes notas surgen de las vibraciones de las cuerdas de un violoncelo, las diferentes partículas de la naturaleza surgen a partir de las vibraciones de los diminutos filamentos descritos por la teoría de cuerdas.

Una de las cosas que más cautiva a los científicos sobre esta teoría es que sus fórmulas matemáticas son compatibles con la existencia del gravitón, una partícula hipotética que según la física cuántica sería la encargada de transportar la fuerza de gravedad de un lugar a otro. Hecho que llamó la atención de la comunidad de físicos de todo el mundo, porque por primera vez la gravedad y la mecánica cuántica parecían jugar con las mismas reglas, al menos en teoría.

¿Se puede explicar el universo a través de fórmulas matemáticas?

Sin embargo aún queda sin responder la más simple y fundamental de las peguntas, ¿es correcta la teoría de cuerdas?.

Para comprobar la teoría de cuerdas basta con examinar las partículas fundamentales y si se encuentran esas diminutas cuerdas vibratorias se confirma la teoría. ¿Fácil? Pues no tanto, por que resulta que según las fórmulas de esta teoría, estas cuerdas son descritas con un tamaño mil millones de millones más pequeñas que las partículas más pequeñas detectadas por los más potentes aceleradores de partículas. Por lo que sería necesario construir un acelerador del tamaño del Sistema Solar para poder detectar su existencia.

Y para terminar de complicar la situación, los científicos proponen otro hecho matemático, sorprendente y desconcertante. Las ecuaciones de las teorías de cuerdas (y es que existen varias versiones de esta teoría) requieren que el Universo tenga dimensiones extra a parte de las que ya todos conocemos (derecha – izquierda, adelante – atrás, arriba – abajo).

Los teóricos de cuerdas, retomaron una idea desarrollada por primera vez a principios del siglo XX. En aquel entonces los teóricos pensaban que debería existir dos tipos de dimensiones espaciales, por una lado, dos dimensiones grandes y extensamente extendidas que directamente experimentamos; y otras que eran diminutas y que estaban ceñidamente enrolladas, tan pequeñas que ni siquiera nuestros instrumentos más refinados podían revelarlas.

De la misma forma que sucede con una enorme alfombra extendida en la que es necesario ponerse de rodillas para poder apreciar los pequeños rizos que forman su tejido, nuestro Universo debe estar compuesto por tres dimensiones grandes por las que nos desplazamos libremente, pero que además deben de existir dimensiones adicionales, tan diminutas que están fuera de nuestro alcance visual.

En un artículo publicado en 1985 un cuarteto de físicos: Philip Candelas, Gary Horowitz, Andrew Strominger y Edward Witten; propusieron que las dimensiones extra son tan minúsculas que nos resulta imposible detectarlas.

Según ellos, las cuerdas también son tan pequeñas, que cuando vibran ondulan no solo en las tres dimensiones conocidas, sino que también en las dimensiones adicionales. Y que tal como ocurre al tocar una trompa o cuerno francés, donde los diseños vibratorios del aire que producen las diferentes las notas musicales, están determinadas por las curvas del instrumento, los diseños vibratorios de las cuerdas podrían estará determinados por la forma de las dimensiones extra. Es decir las diferentes partículas fundamentales, serían como las notas producidas por una genial partitura de la naturaleza.

Y puesto que esos diseños vibratorios determinan las propiedades de las partículas (masa, carga eléctrica, etc), propiedades que pueden ser detectadas experimentalmente; el cuarteto proponía que si uno era capaz de conocer la geometría precisa de las dimensiones extra, era posible hacer predicciones acerca de los resultados que se podían observar en ciertos experimentos.

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La forma de las dimensiones extra determina la forma de las partículas fundamentales.

Las complicadísimas ecuaciones matemáticas asociadas a esta teoría, proponen que la geometría de las dimensiones ocultas podrían ser algo así como la Piedra Rosetta del universo, conteniendo el código secreto de los componentes fundamentales de la naturaleza.

A mediados de la década de los ochenta sólo se conocía un pequeño número de posibles formas geométricas para las dimensiones extra, pero con los años la lista ha ido creciendo hasta alcanzar cifras impronunciables, y ante esta amplia gama de posibilidades, la teoría de cuerdas se mostraba incapaz de ofrecer una guía sobre cuál forma elegir; y dado que cada forma puede afectar la manera en que las cuerdas pueden vibrar, cada una de estas posibilidades nos lleva hacia un resultado diferente. Por lo que el sueño de extraer predicciones basándose en la teoría de cuerdas rápidamente se desvaneció, aunque no por mucho tiempo…

¿Y si todos los resultados fuesen correctos?

Según uno de los padres fundadores de la teoría de cuerdas, Leornard Susskind, físico teórico de la Universidad de Standford; si las matemáticas no identifican una forma en particular como la correcta para las dimensiones extra debe ser porque tal vez no existe una única forma correcta. Podría ser que todas las formas son correctas, y que por lo tanto existen múltiples universos, cada uno con una forma diferente para las dimensiones extra.

Según su teoría, nuestro universo sería sólo uno dentro de una vasta colección, cada uno con características propias determinadas por la forma de sus dimensiones extra.

Así por ejemplo, en otro universo, la forma diferente de sus dimensiones extra, podría hacer al electrón ligeramente más pesado, o a la fuerza nuclear un poco más débil; cambios que podrían hacer que los procesos quánticos que generan la energía de las estrellas se detengan y se interrumpa la marcha hacia la vida en la Tierra, al menos tal y como la conocemos.

Aunque esta teoría parece ser muy radical, ha sido respaldada por varios sectores de la cosmología y otras teorías que también sugieren que el Big Bang no fue un evento único, sino que existieron innumerables universos en expansión, teoría que se conoce como Teoría de los Multiversos.

La teoría de los universos múltiples redefine la realidad a tal punto que lo que hasta ahora veníamos considerando como verdades universales, pasarían a convertirse en simples reglamentos locales, dictados por la forma particular de las dimensiones extra en esta esquina del multiverso. ¡Fascinante!.

Sin duda la física está en su mejor momento, y con la puesta en marcha nuevamente del Gran Colisionador de Hadrones, tras dos años de pausa y ajustes y escudriñando entre los escombros producidos por las colisiones entre los protones, usando los detectores más complejos hasta ahora construidos, podemos esperar fascinantes hallazgos que nos acerquen un poco más a la comprensión de la realidad.

Investigador

Fuente: http://www.smithsonianmag.com/science-nature/string-theory-about-unravel-180953637/?all&no-ist

Sobre la parálisis del sueño y los fantasmas junto a nuestra cama

Visitante de dormitorio

Alrededor de un 40% de personas alrededor del mundo, en algún momento de su vida se han despertado en medio de la noche con la angustiante sensación de no poder moverse, incluso algunos han presentado alucinaciones tales como la presencia de una sombría figura humana al lado de su cama. Sin embargo no hay nada que temer, ya que este es un fenómeno bien conocido entre los neurocientíficos, se trata de la parálisis del sueño.

Según los científicos, este fenómeno ocurre cuando una persona se despierta durante una fase del sueño conocida como movimiento rápido de ojos o REM por sus siglas en inglés, durante este etapa del sueño, las personas usualmente están soñando pero sus músculos están casi paralizados, lo cual puede deberse a una adaptación para evitar que nos levantemos y hagamos todo lo que soñamos que hacemos.

Lo que resulta más difícil de explicar es porqué el 1% de las personas que experimentan parálisis del sueño, llegan a sentir una opresión en su pecho y a visualizar una figura amenazante en su habitación, o como también se le suele llamar un visitante de dormitorio.

Una posible explicación nos la ofrece el doctor Baland Jalal, neurocientífico de la Universidad de California en San Diego, que junto a su colega Vilayanur Ramachandran, en un artículo publicado en la revista Hipótesis Medicas, (Medical Hypotheses), sugieren que podrían tratarse de una alucinación y que esta es la forma en la que el cerebro se libera de la confusión que le supone el despertarse durante la parálisis del sueño. Podría ser que en alguna parte del cerebro, posiblemente en los lóbulos parietales, situados en la parte central superior de nuestro cerebro, se almacene alguna imagen genéticamente programada de nuestro cuerpo, algo así como un molde.

Según lo explica el doctor Jalal, es posible que durante la parálisis del sueño, cuando los lóbulos parietales monitorean a las neuronas encargadas de enviar las órdenes de movimiento a nuestro cuerpo, al no detectar ningún movimiento en nuestras extremidades, el cerebro experimente una alteración en la forma en cómo se procesa la imagen que se tiene de nuestro propio cuerpo, y por ello la presencia de un intruso en la habitación sería el resultado de cómo nuestro cerebro trata de proyectar la propia imagen de nuestro cuerpo en una figura alucinada.

Esta propuesta, aunque interesante, resulta difícil de comprobar ya que para ello convendría estudiar esta experiencia en personas con extremidades amputadas o faltantes, porque de resultar cierta la hipótesis, estas personas tenderían a alucinar figuras en las que dicha extremidad no apareciera. Y dado que afortunadamente personas con estas características físicas sólo representan un 1% de la población, es muy difícil llevar a cabo un estudio de este tipo.

Por otra parte, el doctor Jalal también apunta a que la forma en cómo percibimos la experiencia de la parálisis del sueño, está condicionada a nuestras creencias culturales. En un estudio realizado en 2013, el doctor Jalal y su colega Devon Hinton de la Facultad de Medicina de la Universidad de Harvard, publicaron un estudio en la revista Cultura, medicina y psiquiatría (Culture, Medicine and Psychiatry), en donde analizaron el porcentaje de experiencias de parálisis del sueño y la cantidad de estrés que esta experiencia provocaba a sus testigos.

El estudio se realizó entre dos tipos de sociedades, la egipcia y la danesa; ya que estas dos sociedades son muy diferentes entre sí, mientras Egipto es un país muy religioso, Dinamarca es uno de los países con más ateos del mundo. Y hallaron que en comparación con los individuos daneses, los egipcios eran más propensos a experimentar episodios de parálisis del sueño, y que demás de presentarse por periodos más prolongados, estaban acompañados de un gran temor a morir a causa de esa experiencia.  Los participantes daneses pensaban que la parálisis sufrida, se debía a un mal funcionamiento del cerebro o debido a dormir en una posición inadecuada, mientras que los egipcios eran más propensos a creer que este fenómeno era producto de causas sobrenaturales.

En otro estudio publicado en 2014 por la revista Psiquiatría Transcultural, (Transcultural Psychiatry), la mitad de los participantes egipcios afirmaron que creían que la parálisis de sueño fue infligida por un jinn, una especie de genio de la mitología islámica.

Jalal y sus colegas han llegado a la conclusión de que dado que la personas con creencias en lo sobrenatural tienden a experimentar más temor durante los episodios de la parálisis del sueño, así como episodios más largos; es posible que sus temores contribuyan a incrementar la intensidad de estos fenómenos y viceversa.

Si una persona tiene temor, la activación de los centros de temor en el cerebro puede hacer a la persona más propensa a despertarse durante la parálisis del sueño y por lo tanto experimentarla en toda su intensidad; como lo explica el doctor Jalal, ello provocará un aumento de la sensación de temor, que sumado a sus creencias culturales en lo paranormal, aumentará más el temor y la intensidad de la experiencia.

De ahí que el hallar una explicación científica para el fenómeno de la parálisis del sueño, puede ser de gran ayuda para personas que experimenten episodios particularmente aterradores y estresantes, al ofrecerles una explicación más tranquilizadora a la culturalmente aprendida de atribuirle esta experiencia a seres sobrenaturales.

¡3 minutos para la medianoche! Eso marca el reloj del juicio final.

En 1945 justo después de que Estados Unidos lanzara las bombas atómicas sobre las ciudades japonesas de Hiroshima y Nagasaki, un grupo de científicos del Proyecto Manhattan, de la Universidad de Chicago, crearon el Boletín de Científicos Atómicos con la misión de ayudar a educar al público sobre los peligros de las armas nucleares.

Dos años después de su creación (hace más de 70 años), al grupo se le ocurrió la idea de crear el reloj del juicio final,  una especie de metáfora visual que expresa lo cerca que puede estar la humanidad de una hecatombe. Cuanto más cerca estén las manecillas de este reloj de las 12 pm o medianoche, más cerca está el mundo de una posible catástrofe capaz de acabar con la civilización. Martyl Langsdorf, pintora y esposa de uno de los científicos que trabajó para el Proyecto Manhattan, fue la que ilustro el reloj para la portada de la revista, por aquel entonces el reloj marcaba las 11:53 pm.

La primera representación del Reloj del Juicio Final apareció en la portada del Boletín de Científicos Atómicos hecha por Martyl Langsdorf en 1947.

La primera representación del Reloj del Juicio Final fue hecha por la pintora Martyl Langsdorf y apareció en la portada del Boletín de Científicos Atómicos de 1947.

Cada año un comité de esta revista se reúne para evaluar las amenazas que se ciernen sobre la humanidad, prestando especial atención a temas tan sensibles como misiles nucleares o el cambio climático, para posteriormente decidir si el reloj del juicio final, necesita o no un ajuste.

Durante los últimos tres años este reloj ha estado señalando 5 minutos para la media noche, pero hoy se ha adelantado a sólo 3 minutos para la medianoche.

3 minutos para la medianoche

La vez que más cerca ha estado de la medianoche fue en 1958, cuando marcó las 11:58, después de que tanto la Unión Soviética como Estados Unidos realizaran las primeras pruebas de la bomba de hidrógeno.

17 minutos es lo más lejos que hemos logrado estar de la ominosa medianoche, cuando en diciembre de 1991, después de la firma del tratado para la reducción estratégica de armas, el reloj se ajustó a las 11:43. Sin embargo desde entonces el pronóstico de este comité de científicos ha sido cada vez más nefasto.

En enero de 2012 las manecillas del reloj fueron adelantadas a las 11:55 pm, (un minuto más cerca de la medianoche que el año anterior), en ese momento el comité estaba particularmente alarmado por el accidente en la central nuclear de Fukushima y la creación de la cepa transmitida por el aire del virus de la influenza H5N1. Durante los años 2013 y 2014 el reloj se mantuvo inmóvil.

En años anteriores este comité de científicos ha expresado que tanto el cambio climático como las armas nucleares son las dos amenazas más grandes a las que nos enfrentaremos en 2015.

En un reciente comunicado el comité ha indicado una lista de eventos que han influenciado sus deliberaciones, entre ellos se encuentra el preocupante reporte de noviembre de 2014 del Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático (IPCC por sus siglas en inglés); la falta de acciones adecuadas para la frenar las emisiones de gases de efecto invernadero durante las más recientes reuniones celebradas en Lima, Perú; y la falta de progreso por parte de Estados Unidos y Rusia en la reducción de sus respectivos arsenales nucleares.

Ladrones de cuerpos, parásitos que controlan la mente y zombis reales

Parece que los zombis están otra vez de moda, pero ¿sabías que el reino animal no está exento de la amenaza de estas aterradoras creaturas? A continuación veremos tres casos verdaderamente aterradores.

Leucochloridium

Es un parásito que se reproduce en el tracto digestivo de algunas aves, especialmente los petirrojos, pero primero vive durante un tiempo como huésped de un infortunado caracol.

Todo comienza cuando los caracoles se comen las heces de los pájaros que contienen los microscópicos huevecillos de este parásito, una vez dentro, eclosionan inflamando los tallos de los ojos del caracol y dotándolos de vistosos colores, haciéndolos muy similares a las jugosas orugas que tanto gustan a estos pajarillos.

En un  caracol normal, los ojos son del mismo color que su cuerpo.

En un caracol normal, los ojos son del mismo color que su cuerpo.

Caracol infectado, sus ojos están inflamados y presentan brillantes colores.

Caracol infectado, sus ojos están inflamados y presentan brillantes colores.

Así el caracol, al escalar sobre las hojas de las plantas y exhibir sus ahora brillantes y apetitosos ojos, está enviando sin saberlo una señal a las aves para que lo devoren. De esta forma el parásito se las ingenia para entrar en el estómago de estas aves, que es el sitio adecuado para su reproducción, y cuando el pajarillo defeca los huevecillos, no hay más que esperar a que el próximo hambriento e incauto caracol los devore para continuar con su escalofriante ciclo vital.

Ophiocordyceps

Este es un hongo que ataca a una especie particular de hormiga, hasta convertirla en un auténtico zombi.

Una vez que ingresa en el organismo de su víctima a través de su cuerpo, comienza el control mental. Las hormigas infectadas empiezan a sufrir convulsiones y caen al suelo para después levantarse y escalar el tallo de una planta, para con sus mandíbulas, quedar enganchada en un letal mordisco a la vena principal de una de las hojas, siempre a una altura de exactamente 25 centímetros del suelo y en una orientación específica que proporcione la cantidad adecuada de humedad. Al cabo de un tiempo, de la cabeza de la hormiga brotará el tallo del hongo que luego de 4 a 10 días libera sus esporas.

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La ciencia aún desconoce cómo se produce este espantoso proceso. Al diseccionar a una de estas hormigas zombi, han descubierto que el hongo libera químicos alcaloides que consumen por dentro al insecto, al punto de que cuando este muerde la hoja, su cabeza está repleta con las células de este hongo, las cuales controlan el movimiento de su mandíbula.

Una sola hormiga infectada puede contagiar de 20 a 30 hormigas más en un área de 1m2, convirtiendo la zona en una especie de cementerio zombi, se ha visto cómo el ophiocordyceps ha exterminado colonias enteras de hormigas.

Como defensa contra esta amenaza, algunas hormigas han desarrollado la habilidad de detectar cuando un ejemplar de su especie ha sido infectado y así las hormigas sanas expulsan a la moribunda muy lejos de la colonia para evitar la exposición a las letales esporas del hongo.

Afortunadamente este hongo es incapaz de alterar el cerebro humano, ni parece que vaya a evolucionar para hacerlo en un futuro próximo.

 

Polydnaviruses

Así se conoce a una avista parasitoide de la familia apocrita.

Las avispas hembra infectan a las orugas, bien inyectándoles los huevos o simplemente poniéndolos sobre su cuerpo, llegando también a segregar productos que protegen a los huevos del sistema inmune de la oruga. Una vez parasitada, la oruga comienza a comer descontroladamente hasta ser ampliamente obesa. Las larvas en su interior comienzan a alimentarse de su sangre hasta alcanzar 1/3 del peso del animal y para entonces comienzan a devorarla por dentro, pero teniendo especial cuidado de no comerse los órganos vitales a fin de mantener a la oruga con vida.

Después de 2 semanas de comer y desarrollarse, se abren camino hacia el exterior a través de la piel, mientras liberan ciertos químicos que paralizan al animal. Una vez fuera, tejen capullos de seda para crear el ambiente que necesitan para la siguiente fase de su metamorfosis. Pero como aún son vulnerables y pueden ser devoradas o parasitadas a su vez por otras avispas, la oruga, víctima de una especie de control mental, comienza a tejer su seda alrededor de las larvas de la avispa, en lugar de hacerlo sobre sí misma, dándole a sus antiguos parásitos una capa de protección extra. Lo más llamativo es que el efecto del polydnavirus no se limita a eso, sino que convierte a la oruga en un feroz guardián. La oruga zombi protege a las larvas peleando incesantemente contra los posibles agresores hasta que literalmente fallece por inanición.

La oruga zombificada,  actúa como feroz guardián de la larvas.

La oruga zombificada actúa como feroz guardián de la larvas.

Aunque algunos animales desarrollan medios para contrarrestar el ataque de sus parásitos, estos también evolucionan adaptándose a ellos. Sin embargo la de los hiperparásitos que parasitan a los parásitos; afortunadamente también existen frenos y balanzas que permiten equilibrar las oportunidades de sobrevivir.

Fuente:

http://www.fromquarkstoquasars.com/body-invaders-and-zombies-of-the-animal-kingdom/